Zapatero ha anunciado que realizará “algún cambio en Bolonia” tras haber “reflexionado” sobre la implantación del Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES) en el Estado español. El gobierno ha presentado una serie de medidas que llegan después de meses de masivas movilizaciones estudiantiles contra la implantación del plan Bolonia, con encierros en gran número de universidades de todo el Estado español, y en donde en algunos casos –aun de forma minoritaria- se empezaban a incorporar a las protestas sectores del profesorado, del PAS, de becarios, de investigadores… e incluso los rectores comenzaban a denunciar la imposibilidad, ya no solo de implantar Bolonia, sino de poder hacer frente a los recortes presupuestarios que se estaban dando.
Las medidas del gobierno
El 2 de febrero la ministra Garmendia anunció que el Gobierno ha preparado una serie de medidas “para paliar” la implantación de Bolonia en las universidades del Estado español. La primera de estas medidas consiste en la aprobación de una partida extraordinaria de 37.9 millones de euros para becas, con los que, por ejemplo, doblar los 3800 becados de masteres oficiales. Con esta medida el gobierno pretende ahogar las voces críticas que denuncian que los masteres son caros y las becas insuficientes. Sin embargo,se trata de una partida extraordinaria para el curso que viene, por lo que al año siguiente ya no será válida y por tanto las becas volverán a reducirse al insuficiente 0,08% del PIB. Ya el informe Bricall (antecesor de la LOU) lo dejaba claro: “los primeros años becas, pero hay que ir hacia el sistema de préstamos”. Al fin y al cabo, en el tema económico Bolonia no deja duda: según los planes de la OMC para la enseñanza, la inversión pública se irá sustituyendo progresivamente por inversión privada.
El gobierno además, de cara a las reivindicaciones de los rectores –que pedían 100 millones de euros- realizará una inversión de 87 millones de euros para adaptación de infraestructuras, materiales, docencia… Estas grandes cifras se quedan cortas al tener que repartirse entre 50 universidades públicas, que salen a una media de 1,74 millones para cada una, cuando por ejemplo la Universitat de Barcelona acumula un déficit de unos 100 millones de euros. De los 87 millones, 25 serán para las universidades que se adapten cuanto antes a Bolonia, lo cual provocará aún más que se aprueben Grados de forma irregular, como ya se ha hecho en la Universidad de Sevilla o en la Autònoma de Barcelona.
Zapatero también anunció que va a “reconsiderar algunas cosas que afectan a Humanidades” a la vez que destina 5 millones de euros para promover la investigación en este campo. Con esto pretende evadir una de las críticas centrales del movimiento antiBolonia: la desaparición de gran número de titulaciones. Sin embargo, al mantener a la ANECA como el organismo que evaluará universidades y titulaciones en función de criterios de rentabilidad económica, con el objetivo de dirigir y orientar a la inversión privada, el gobierno continúa sentenciando de muerte al futuro de las carreras de Humanidades dentro de la universidad pública.
En definitiva, las medidas del gobierno del PSOE se quedan muy cortas incluso de cara a intentar solucionar aspectos parciales de lo que supone la LOU y Bolonia. Pero además el gobierno Zapatero no plantea nada sobre el futuro de la financiación pública de la universidad, ni sobre la degradación de la calidad de la enseñanza en las nuevas titulaciones bajo criterios mercantilistas, ni sobre la pérdida de atribuciones profesionales y de especialización en los nuevos Grados, ni sobre la entrada de representantes de las multinacionales en los organismos de dirección universitaria, ni sobre la mayor precarización laboral de PDI y PAS, ni sobre la dedicación del estudiantado a tiempo completo que dificultará enormemente compaginar estudios con trabajo…
La lucha contra la privatización de la universidad
Estas medidas del gobierno Zapatero para “mejorar la imagen de Bolonia” reflejan la fortaleza del movimiento estudiantil y representan un intento de ganarse a la opinión pública y a un sector de la comunidad educativa, a la vez que ayuda a las empresas a ahorrarse varios millones de euros en el proceso de privatización de la universidad.
Por otra parte, el gobierno utiliza a su Sindicato de Estudiantes para intentar evitar que los estudiantes de instituto se sumen al movimiento contra Bolonia. Así, el SE además de descafeinar su discurso en defensa de la enseñanza pública y evitar continuamente la reivindicación de la derogación de la LOU, ha convocado el 4 de marzo de manera burocrática para boicotear la movilización universitaria a nivel estatal del 12 de marzo, a la que también están llamados los estudiantes de instituto, y que se está organizando desde las asambleas de estudiantes.
Sin embargo, con un paquete de medidas tan insignificante como éste, el gobierno no conseguirá callar a un movimiento estudiantil que tiene bien clara la magnitud del proceso de Bolonia y la necesidad de luchar por su total paralización. El gobierno no logrará evitar el resurgimiento de las movilizaciones estudiantiles en el mes de marzo ni que se sigan dando pasos importantes de cara a la unificación y fortalecimiento del movimiento contra Bolonia. En este sentido el 12 de marzo será toda una prueba de fuego para comprobar el estado del movimiento estudiantil y calentar motores de cara al Encuentro estatal contra Bolonia del 20-22 de marzo en Burgos, que está llamado a organizar un calendario común que debería incluir la convocatoria de una potente Huelga General por la derogación de la LOU.
12 DE MARZO:
POR LA PARALIZACIÓN DEL PROCESO DE BOLONIA!
POR LA DEROGACIÓN DE LA LOU!
Fuente: www.corrienteroja.net
http://www.kaosenlared.net/noticia/representan-medidas-gobierno-para-paliar-implantacion-bolonia
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